El hombre y la naturaleza no les dan tregua a la fauna ictícola de Tucumán. A la mortandad de peces en los ríos tucumanos por la contaminación industrial se suma ahora otra por las condiciones de sequía y altas temperaturas que se registran en la región. Ocurrió en El Cadillal, en la víspera de Navidad, por un "bloom" de algas y también en los ríos Lules y Salí (y en otros estuarios) por el calentamiento de las aguas.
Si bien las autoridades provinciales vienen realizando monitoreos en los embalses tucumanos, el titular de la Dirección de Flora, Fauna Silvestre y Suelos (DFFSyS), Daniel Manso, explicó que esos procesos naturales son cíclicos y que por la bajante marcada en el principal dique provincial y las sostenidas insolaciones están dadas las condiciones para que en cualquier momento se produzca otro "bloom" de algas y la consecuente mortandad de peces.
En el caso de El Cadillal, el viernes pasado se produjo la degradación de las algas y murieron pejerreyes, bagres y sábalos, en las costas del Yatch Club y del río Tapia, en dirección hacia el murallón. "No afectó a una gran cantidad, ya que la intensa lluvia ayudó a precipitar el material descompuesto que, además de consumir gran cantidad de oxígeno durante ese proceso, genera amonio. Este elemento químico, en aguas con un PH elevado y altas temperaturas, se transforma en amoníaco", explicó Carlos Riviere, técnico de Piscicultura. "De allí el fuerte olor a gamexane que se siente cuando ocurre el fenómeno", añadió.
Noche sin paz
Por su parte, Manso remarcó que en embalse Escaba ocurre algo similar y que las lluvias anunciadas pueden traer alivio a la situación y alejen la preocupación que por estos días se instaló en recursos naturales.
Gracias a ese monitoreo permanente, después del brindis de Navidad personal de Piscicultura advirtió que había bajado la tensión eléctrica en la estación de El Cadillal y que los pejerreyes juveniles, medianos y las tilapias se estaban asfixiando en los piletones. Sucedió que no funcionaba la bomba de agua para mantener el nivel y proveer de oxígeno a las especies.
Luego de numerosas llamadas a EDET para denunciar el hecho (durante la madrugada del 25) y ante la prolongada demora en solucionarlo, personal de la estación decidió llevar tubos de oxígeno (se usan para la época de reproducción de pejerreyes) hasta los piletones y así lograron salvar más 3.000 tilapias y unos 8.000 pejerreyes.
Si bien las autoridades provinciales vienen realizando monitoreos en los embalses tucumanos, el titular de la Dirección de Flora, Fauna Silvestre y Suelos (DFFSyS), Daniel Manso, explicó que esos procesos naturales son cíclicos y que por la bajante marcada en el principal dique provincial y las sostenidas insolaciones están dadas las condiciones para que en cualquier momento se produzca otro "bloom" de algas y la consecuente mortandad de peces.
En el caso de El Cadillal, el viernes pasado se produjo la degradación de las algas y murieron pejerreyes, bagres y sábalos, en las costas del Yatch Club y del río Tapia, en dirección hacia el murallón. "No afectó a una gran cantidad, ya que la intensa lluvia ayudó a precipitar el material descompuesto que, además de consumir gran cantidad de oxígeno durante ese proceso, genera amonio. Este elemento químico, en aguas con un PH elevado y altas temperaturas, se transforma en amoníaco", explicó Carlos Riviere, técnico de Piscicultura. "De allí el fuerte olor a gamexane que se siente cuando ocurre el fenómeno", añadió.
Noche sin paz
Por su parte, Manso remarcó que en embalse Escaba ocurre algo similar y que las lluvias anunciadas pueden traer alivio a la situación y alejen la preocupación que por estos días se instaló en recursos naturales.
Gracias a ese monitoreo permanente, después del brindis de Navidad personal de Piscicultura advirtió que había bajado la tensión eléctrica en la estación de El Cadillal y que los pejerreyes juveniles, medianos y las tilapias se estaban asfixiando en los piletones. Sucedió que no funcionaba la bomba de agua para mantener el nivel y proveer de oxígeno a las especies.
Luego de numerosas llamadas a EDET para denunciar el hecho (durante la madrugada del 25) y ante la prolongada demora en solucionarlo, personal de la estación decidió llevar tubos de oxígeno (se usan para la época de reproducción de pejerreyes) hasta los piletones y así lograron salvar más 3.000 tilapias y unos 8.000 pejerreyes.